Científicos de la Universidad Northwestern han desarrollado un innovador catalizador de níquel que podría simplificar radicalmente el reciclaje de plástico. Es económico y descompone eficazmente los polímeros de poliolefina (polietileno y polipropileno). Estos materiales representan aproximadamente dos tercios del consumo mundial de plástico, incluyendo la mayoría de los productos desechables.
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La principal dificultad para reciclar estos plásticos reside en la necesidad de una clasificación minuciosa, lo que encarece y requiere mucha mano de obra. El nuevo catalizador soluciona este problema: funciona sin clasificación, convirtiendo el plástico sólido en aceites y ceras líquidos. Estos productos pueden procesarse posteriormente para obtener materiales más valiosos: lubricantes, combustible, etc.