El tiburón ballena, el pez más grande del planeta, representa la fuerza y la calma del océano, pero su existencia se encuentra gravemente amenazada. En los últimos 75 años, la población de estos gigantes se ha reducido a más de la mitad a nivel mundial, y en la región del Indopacífico la disminución es aún mayor.
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Las principales causas son la caza, la destrucción del hábitat, las colisiones con plataformas pesqueras y embarcaciones turísticas, y el enredo en redes. La población se recupera muy lentamente: los tiburones maduran durante décadas y tienen muy pocas crías.
Un estudio reciente en aguas indonesias mostró que el 62% de los tiburones ballena presentan cicatrices y heridas causadas por la actividad humana. Con mayor frecuencia, las lesiones se asocian con plataformas pesqueras tradicionales y embarcaciones de avistamiento de tiburones. Los machos jóvenes, que prefieren las zonas costeras ricas en alimento, son los más vulnerables, mientras que los adultos y las hembras migran a mar abierto.