Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia ha demostrado que las especies pueden evolucionar simultáneamente sin siquiera entrar en contacto directo. Estas interacciones se denominan interacciones ecológicas indirectas, en las que una especie influye en otra a través de cambios ambientales o de terceros organismos.
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El experimento se realizó en reservorios artificiales (mesocosmos) que contenían agua, plantas y pequeños crustáceos llamados dafnias. Algunos de los recipientes se complementaron con pulgones que se alimentaban de lenteja de agua, lo que creó dos ambientes aislados: los pulgones vivían sobre plantas flotantes, mientras que las dafnias y el fitoplancton se encontraban debajo. No hubo interacción directa entre los pulgones y las dafnias.